¿Tienes un viaje o estas de vacaciones y no sabes como continuar con tu practica habitual?
Seguimos en el mes de agosto, muchos hemos estado, o estaremos en viajes de vacaciones, o escapadas puntuales, y surge la gran duda ¿Cómo puedo seguir con mi sesión de Yoga?
Cada uno tiene sus trucos o tácticas, yo os cuento como lo hago por si os puede ayudar.
Antes de nada, después de estos años el Yoga se ha convertido en algo imprescindible en mi vida, es por eso que sabiendo lo necesario que es para mí y lo bien que me siento con él es más fácil buscarle un hueco en cualquier momento y lugar.
¿Me llevo la esterilla?
Si estas de viaje, y puedes permitírtelo, llévate la esterilla contigo. Donde he podido la esterilla ha venido conmigo, ya es mucho tiempo con ella y tenemos una relación especial. Pese a que sus 3,4 kg es un peso considerable, y en el mercado hay soluciones más ligeras e igual de confortables, a mí me encanta practicar Yoga en ella, pero que cada uno elija sus opciones.
Si no puedes llevarte la esterilla contigo, que eso no te pare. En mi caso hemos estado unos días haciendo el camino de Santiago y llevar durante 8 días la esterilla habría sido un peso y un volumen excesivos. Aunque podría haber comprado alguna esterilla de viaje mucho más ligera, no lo vi necesario. El no tener la esterilla a mano nunca ha sido una excusa para no practicarlo. Solo necesitas el suelo o césped de donde estés.
¿Y dónde me pongo?
Cuando estas en un hotel es fácil, puedes ponerte en la misma habitación o si tiene una terraza allí mismo. Si tienes suerte en algunos hoteles o campings tienen zonas habilitadas para Yoga.
Durante el camino ha sido gracioso, divertido y emocionante el ver como en algunos albergues, en el césped de la entrada nos hemos puesto y más peregrinos se han sumado, algunos que ya sabían y otros que solo querían “probarlo”, realizando entre todos algunas sesiones muy chulas y divertidas, pese a los kilómetros que ya llevábamos. Es algo que no olvidaré.
En otros sitios solo ha sido necesario buscar un sitio un poco más retirado del bullicio y del paso de la gente y ponerte, solo o con compañía.
¿Y cuándo me pongo?
Pues aquí cada uno debe organizarse, sobre todo si un día no puedes o no te apetece, no te mortifiques, recuerda que estas de vacaciones y tú eliges el momento.
En nuestro caso durante los días del camino lo encontré más gratificante el ponerme al final de las jornadas, para estirar bien los músculos y recargar baterías.
En otros sitios donde hemos estado dependía más bien del sitió y de su propia vida. En algunos por la mañana a primera hora que suele haber menos gente y jaleo (nosotros contábamos con la ayuda de un gallo que nos despertaba por la mañana temprano :)). En otros por la noche cuando ya estas a punto de finalizar la jornada, y justo antes de dormir puede ser un buen momento.
¿Y que asanas y cuánto tiempo?
Esto ya sí que es de libre elección, recuerda que estas de vacaciones así que tú eliges la duración (una hora, media hora o solo unos minutos), depende del día y de las fuerzas y ganas que tengas. En cuanto a las asanas, puedes hacer desde solo varios saludos al sol, a complicarlo como y cuanto quieras. Solo recuerda que haces Yoga para sentirte mejor, así que esa es la sensación que debes buscar.
Solo recuerda que para practicar Yoga o meditación no necesitas nada más que ponerte. Recuerda que solo tú eres necesario.